La contradicción entre cómo tratamos y cómo cuidamos a nuestras mascotas
Cada vez es más común escuchar “Chevy come lo mismo que nosotros”, o “Cuqui duerme conmigo porpue es la hija que no tuve”, la lista de afirmaciones amorosas a nuestras mascotas es extensa, casi interminable me atrevería a decir.
¡Cuánto amor desparramado por el mundo hacia esos seres vivos de cuatro patas tiernos, cariñosos y fieles! Y es lógico, ellos son compañeros cálidos, con los que siempre se puede contar y que nos brindan todo sin pedir nada a cambio. O sea, nada parecido a la realidad de las personas que están casadas, tienen hijos, amigos o cualquier vínculo medianamente profundo con otro ser humano,
¡Ojo! Mi intención no es desalentar o criticar a las personas que tienen mascotas. Primero porque sería muy hipócrita de mi parte al tener una en mi casa y segundo porque creo firmemente que los animales son tan especiales que hasta pueden llegar a sentir el dolor o la tristeza humana.